Un Radioaficionado contribuyó a la detección de las ondas gravitacionales

El radioaficionado y doctor Joe Taylor K1JT y el Dr. Russell Hulse ganaron el Premio Nobel de Física en 1993 ‘por el descubrimiento de un nuevo tipo de «pulsar», un descubrimiento que ha abierto nuevas posibilidades para el estudio de la gravitación’.

K1JT es bien conocido por los radioaficionados, ya que es el creador del modo digital WSJT que permite transmitir señales digitales muy básicas, y recibirlas en condiciones muy precarias, lo cual es de gran ayuda para conocer el estado de la propagación de ondas electromagnéticas en las diferentes bandas de los Radioaficionados.

Un reciente artículo del New York Times sobre de la detección de las tan nombradas ondas de gravedad citó la contribución de K1JT:

En 1978, los radioastrónomos Joseph H. Taylor Jr. [K1JT] y Russell A. Hulse, a continuación, en la Universidad de Massachusetts Amherst, descubrieron un par de estrellas de neutrones, restos de estrellas muertas superdensas, orbitando entre sí. Uno de ellos era un pulsar que emite un haz de radiación electromagnética periódica. Midiendo el tiempo de sus impulsos, los astrónomos determinaron que las estrellas estaban perdiendo energía y caían más juntas entre ellas precisamente a la tasa que se esperaría si estuvieran irradiando ondas gravitacionales.

Al concederle en 1993 el Premio Nobel La Real Academia Sueca de Las Ciencias afirmó:

Lo nuevo sobre el pulsar Hulse-Taylor fue que, a partir del comportamiento de la señal de baliza, se puede deducir que fue acompañada por una forma aproximadamente igual pesada compañero que está a una distancia correspondiente a sólo unas pocas veces la distancia de la luna de la tierra. El comportamiento de este sistema astronómico se desvía en gran medida de lo que puede calcularse para un par de cuerpos celestes utilizando la teoría de Newton. Aquí un nuevo «laboratorio espacial» revolucionario, se ha obtenido para probar la teoría general de la relatividad de Einstein y las teorías alternativas de la gravedad. Hasta ahora, la teoría de Einstein ha pasado las pruebas con mucho éxito. De particular interés ha sido la posibilidad de verificar con gran precisión la predicción de la teoría de que el sistema pierde energía emitiendo ondas gravitatorias en aproximadamente la misma forma que un sistema de cargas eléctricas en movimiento emite ondas electromagnéticas.